Regreso de los restos del Libertador a Venezuela.

    
   La voluntad de Bolívar, plasmada en su “Testamento”, elaborado el 10 de diciembre de 1830 en San Pedro Alejandrino, pedía que sus restos sean enterrados en Caracas. La traída de los restos con los honores fúnebres, y la disposición de que sean depositados en la Catedral de Caracas.

Comisión  Venezolana.
   Páez designó al eminente Dr. José María Vargas jefe de la comisión, junto a los generales Francisco Rodríguez del Toro (el marques), Mariano Ustáriz, José María Carreño y al sacerdote Manuel Cipriano Sánchez como Gran Capellán La comisión venezolana que debía recibir el féretro y fijó el 17 de diciembre la fecha de regreso a la capital.

Buque Constitución.

   La Constitución, nuestra nave capitana, al mando del Capitán   de fragata Juan B. Baptista, con sus velas blanquísimas, alumbradas por la Luna, iba adelante, ligera como una garza. Luego seguía nuestra embarcación, la hermosa corbeta Circe, al mando del cariñoso Sr. Jules Ricard, rompiendo las olas, majestuosa como un cisne; y a su popa, navegaba el velero bergantín El Caracas a las órdenes de Mr. Wheeler.

Restos Del Libertador A Venezuela.

   La voluntad de Bolívar, plasmada en su “Testamento”, elaborado el 10 de diciembre de 1830 en San Pedro Alejandrino, pedía que sus restos sean enterrados en Caracas, tuvo que esperar doce años para que se cumpliera. En 1839 el general Carlos Soublette, encargado de la presidencia, inició tímidamente un movimiento para la repatriación. El Presidente Páez, en su segundo mandato, y debido a un clamor popular, solicitó al Congreso repatriar los restos del Padre de la Patria. Al ser aprobada la solicitud, decretó el 30 de abril de 1842, la traída de los restos con los honores fúnebres, y la disposición de que sean depositados en la Catedral de Caracas. El 12 de mayo, invitó al Poder Ejecutivo Nacional y al de la Nueva Granada y Ecuador a concurrir a la exhumación de los restos en Santa Marta. Páez designó al eminente Dr. José María Vargas jefe de la comisión, junto a los generales Francisco Rodríguez del Toro (el marques), Mariano Ustáriz, José María Carreño y al sacerdote Manuel Cipriano Sánchez como Gran Capellán y fijó el 17 de diciembre la fecha de regreso a la capital. El general Daniel Florencio Oleary, fue comisionado para que el conocido escultor italiano Pietro Tenerani, realizara un monumento en la catedral de Caracas, (ese monumento inaugurado en 1842, fue trasladado al Panteón Nacional en 1876, cuando ingresaron allí los restos). El 13 de noviembre salió de La Guaira la comisión a bordo de la goleta Constitución debidamente acondicionada al mando del capitán de Navío Sebastián Boguier, acompañado del bergantín Caracas y de la fragata francesa Circe. Llegaron a Santa Marta el día 16. El 20 a las cinco de la tarde exhumaron los restos que se encontraban en el panteón de la familia Díaz Granados en la Catedral de Santa Marta; reconocidos por los médicos encargados de tan noble comisión entre ellos, el preclaro Dr. Alejandro Próspero Reverend (quien atendió a Bolívar desde su llegada a Santa Marta, le realizó la autopsia y lo vistió) y el ilustre Dr. Vargas. Las calles y casas de Santa Marta estaban enlutadas; la comisión venezolana agradeció las atenciones de las autoridades neogranadinas. Los restos fueron embarcados el día 21 en la goleta Constitución, con una gran ceremonia fúnebre. Durante el viaje 15 cadetes comandados por el teniente Nicomedes Zuloaga, montaron guardia de honor; el navío encalló en Los Roques. El 13 de diciembre estaban frente a La Guaira, esperando varias embarcaciones nacionales y extranjeras con sus banderas a media asta, para agregarse al gran cortejo naval. El día 15 fue bajado a tierra. El general de brigada Juan Uslar, llegó de VALENCIA con lágrimas en los ojos, portando el uniforme con el cual combatió al lado de Bolívar, los restos pernoctaron en la iglesia de ese puerto; el día 16 lo subieron a Caracas en una extraordinaria procesión, pernoctando en la iglesia de la Santísima Trinidad, hoy Panteón Nacional; por coincidencia, la Santísima Trinidad es la devoción de la familia Bolívar, de allí el nombre de Simón José Antonio de la Santísima Trinidad, así se llama el panteón familiar en la Catedral de Caracas. En Caracas se designaron comisiones para montar guardias de honor; el 17 de diciembre fecha de su muerte, sus restos fueron trasladados hacia la iglesia de San Francisco cumpliendo un estricto protocolo. El pueblo de Caracas acompañó a su eximio hijo detrás del gran carruaje construido en Paris según instrucciones del coronel Agustín Codazzi; todas las calles, casas y ciudadanos mostraban riguroso luto; la gran parada militar, la comandó el siempre leal general en jefe Rafael Urdaneta Faria, con su uniforme de gala y el sable que le regaló Bolívar. El ilustre Concejo Municipal de VALENCIA comisionó a Bernardo Escorihuela, Felipe Sojo y Jaime Alcázar. José Alberto Espinosa, Canónigo de la Catedral y Rector de la Universidad de Caracas, leyó a la una su brillante Oración, recorriendo la vida del más grande de los americanos. El 23 de diciembre se realizó una ceremonia similar para el traslado de los venerados restos en hombro de sus edecanes y oficiales que lo acompañaron en la emancipación hasta la Catedral de Caracas; sus restos estuvieron al lado de sus padres y esposa, hasta que fueron trasladados al Panteón Nacional el 28 de octubre de 1876, día de San Simón. Así concluyó la voluntad de nuestro Padre Libertador. Sus cenizas permanecerán a través de los siglos, acompañadas por el esplendor de su gloria y el calor de los pueblos libre

Iglesia de San Francisco.

   La iglesia comienza a ser construida en 1593 bajo el diseño de Antonio Ruiz Ullán como un anexo del Convento de San Francisco hoy Palacio de las Academias. En 1641 sufre daños severos tras un movimiento sísmico, y se toma la decisión de reconstruir el templo, aunque se decide no rehacer las naves laterales que habían sido derribadas. En 1745 se deciden hacer reformas a la iglesia para aumentar el alto de la puerta principal y se reconstruyen las tres naves originales, los cambios siguieron, y en 1767 se construye un altar dedicado al Santo Niño en Belén. Luego, una de las reformas más significativas fue la ordenada por Antonio Guzmán Blanco en 1887, la cual incluyó la construcción de una nueva fachada y cambios en el interior de la iglesia. En este templo le es otorgado el título de Libertador a Simón Bolívar, al término de la Campaña Admirable, el 6 de agosto de 1813. Luego, el 17 de diciembre de 1842 son recibidos los restos de Bolívar para su posterior traslado a la Catedral de Caracas.
Algunos de los cambios hechos en 1887 son retirados en 1953 como decoraciones superficiales y bóvedas falsas, pocos años después. El 6 de abril de 1956 es declarado Monumento Histórico Nacional debido a lo bien conservado de las obras que datan de la época colonial y el estilo neobarroco.

   La forma de acceso a la iglesia de San Francisco se puede hacer por medio del Metro de Caracas en la estación Capitolio o a través de las rutas urbanas que circulan por las avenidas Baralt o Universidad.
Otras edificiones históricas en las cercanías son el Palacio de las Academias, la Antigua Corte Suprema de Justicia, el Palacio Federal Legislativo y a una cuadra se encuentra la Plaza Bolívar, el Palacio Municipal, la Catedral de Caracas, el Museo Sacro y la Casa Amarilla, entre otros.

Los orígenes del Panteón.

   La Iglesia de la Santísima Trinidad, fue convertida en Panteón Nacional y comenzó a construirse el 5 de agosto de 1744. El Albañil caraqueño Juan Domingo del Sacramento Infante pardo libre, de inmensa fe, después de innumerables gestiones que llevo a cabo le fue autorizada la construcción de un templo en honor a la Santísima Trinidad. Infante destinó el fruto de su trabajo personal y más de 36 años de su vida a edificar un templo contando para ello con su trabajo y las limosnas de los fieles caraqueños. Varias veces se vendió como esclavo para comprar material

    Este hombre había querido siempre formar parte de la orden de los hermanos trinitarios, debido a su gran vocación religiosa, pero fue rechazado por su baja condición social. Juan Domingo hizo gestiones ante el Rey de España, pero todo fue en vano. Se ordenó que no se le permitiera pedir limosna ni vestir hábito ni escapulario de la Trinidad y que si lo hiciese, el gobernador debía proceder contra él. Esto provoco un tremendo drama espiritual y su vida se lleno de amargura y de dolor, aquel hombre piadoso y bueno se desquicio y aun así continuo trabajando en su magna obra

   El ayuntamiento de Caracas, el Coronel Juan Vicente Bolívar y el Marques del Toro donaron solares para la obra. Después de 36 años de labores, Juan Domingo logra terminar la construcción. El 12 de diciembre de 1780 muere, sus restos fueron enterrados, amortajados en sabanas blancas en el altar mayor de la Iglesia, en la bóveda que construyera con sus propias manos por orden del primer Capellán de esta, el Presbítero Santiago Castro. La Iglesia de la Santísima Trinidad fue inaugurada el 15 de julio de 1781, nueve días antes del nacimiento de El Libertador Simón Bolívar. Tres meses después del nacimiento el bebe Simón José Antonio de la Santísima Trinidad, es llevado al templo por sus padres y por toda la familia, amigos y allegados, allí ofrecieron oraciones al patrono de la familia que les pertenecía a todos ellos por las leyes misteriosas de la herencia. Este fue el primer encuentro del niño Simón con aquel lugar. Ocho años después de este acontecimiento el joven Simón Bolívar es traído de nuevo al templo para que tomara su primera comunión.

   El terrible terremoto del 26 de marzo de 1812, destrozó las estructuras de la Iglesia, escombros, soledad y muerte cubrieron hasta 1821 sus ruinas amontonadas y el mote que comenzó a crecer entre los escombros. Muchos años permaneció así.
Las ruinas del templo fueron visitadas por El Libertador Simón Bolívar en 1827 cuando estuvo por última vez en Caracas. Ese fue su último contacto con la Iglesia de la Santísima Trinidad. En la transformación de la Iglesia de la Santísima Trinidad muchas ayudas y también muchas limosnas fueron dadas para la reconstrucción de la Iglesia, el presbítero Luis Acosta tuvo bajo su cargo la responsabilidad del techo de la nave central y la concluyó, hasta ser bendecida. El presbítero Rafael Hernández contrato al Ingeniero José Gregorio Solano, quien ideó un estilo gótico para la fachada. El Dr. Agustín Aveledo y el Presbítero Dr. Bartolomé Suárez le dieron remate y gran impulso a la construcción que para 1874 se encontraba muy avanzada.

   El 27 de marzo de 1874 el Presidente de la República General en Jefe Antonio Guzmán Blanco, dicto su decreto N° 43 en el que convertía a la antigua Iglesia de la Santísima Trinidad en Panteón Nacional y la obra fue concluida convenientemente.
Cuando se dictó el referido decreto, la Iglesia de la Santísima Trinidad aún estaba en plena construcción, pero el Gobierno puso el mayor empeño para terminarla. Los trabajos de la obra fueron confiados a los Ingenieros Julián Churión, Juan Hurtado Manrique, Tomas Soriano y Roberto García, quienes para mediados de 1875 ya lo habían concluido. Interior del Panteón: "Un homenaje artístico a distinguidas personalidades de la patria"
El 28 de octubre de 1876 fueron trasladados los restos de El Libertador desde la Catedral de Caracas al Panteón Nacional, al igual que el monumento del escultor italiano Pietro Tenerari, por decreto del Presidente Guzmán Blanco. Este monumento estaba colocado desde 1852 en la Capilla do la Santísima Trinidad de la Catedral de Caracas, donde descansan los restos de la familia Bolívar (sus padres, hermanas, la esposa, sobrinos y antepasados de El Libertador). Por disposición del General José Antonio Páez, durante su segunda presidencia, el Congreso Nacional decretó el 30 de abril de 1842, el traslado de los restos de El Libertador Simón Bolívar desde Santa Marta, Colombia. Había fallecido el 17 de diciembre de 1830, recibió cristiana sepultura en la Iglesia catedral de dicha ciudad, donde permaneció enterrado por espacio de doce años.

   Al General y político colombiano, Pedro Alcántara Herrán, Presidente de la Nueva Granada, leal, fiel y constante amigo de Bolívar, le correspondió ordenar por decreto, la entrega de ,1 las sagradas cenizas de El Libertador. El 22 de noviembre de 1842, los restos son embarcados en la bahía de Santa Marta, a bordo de la goleta "CONSTITUCION", seguida de la fragata de guerra francesa "LA CIRCE" Y del bergantín "ALBATROS".
El 08 de diciembre la urna con los restos de El Libertador llegan al archipi6lago de los Roques, van a permanecer allí hasta el día 12, luego hacia el Puerto de la Guaira donde llegan el día 13. Cabe señalar que el convoy con la preciosa carga, toca puerto en los Roques; porque una de las naves sufrió una avería de uno de los mástiles, fue justamente la goleta "CONSTITUCION", donde iban los restos de El Libertador. El día 16 a las cinco de la tarde, llegan los restos a Caracas acompañados de una numerosa comitiva. Una multitud lo acompaña desde la Puerta de Caracas a la Iglesia de la Santísima Trinidad. En hombros de viejos amigos, lo sigue todo el pueblo con ojos llorosos. Eran las diez de la mañana del 17 de diciembre de 1842, entre dobles de campanas y disparos de cañón, la procesión de inicio desde la Iglesia de la Santísima Trinidad, donde había pasado la noche, en la modesta capilla que años atrás construyera Juan Domingo del Sacramento Infante.

   La procesión llego a la Iglesia de San Francisco donde se le rindieron las honras fúnebres. El Doctor José Alberto Espinosa, canónigo penitenciario de la catedral y rector de la Universidad Central, pronuncia la oración fúnebre. Con la solemne liturgia de la Iglesia y la conmovedora oración fúnebre del Padre Espinosa se cerró el acto. El día 23 de diciembre, a las nueve de la mañana, los restos son trasladados del Templo de San Francisco a la Capilla de la Trinidad, en la Catedral Metropolitana de Caracas. Aquí descanso El Libertador por varios años, hasta que fuera trasladado al lugar definitivo en el Panteón Nacional, el antiguo templo de la Santísima Trinidad.

   En 1883, año en el cual se celebraba el Centenario del Natalicio de El Libertador y entre los hechos resaltantes toma importancia un regalo que ofreció el gremio de Agricultores de Caracas, el cual consistió en una hermosa Lámpara de Cristal de Baccarat, expuesta en la Gran Exposición de la Ciudad de París. Dicha Lámpara consta de cuatro mil piezas de cristal y doscientas treinta luces y su costo hasta el montaje fue de Veinte y Seis Mil Bolívares (Bs.26.000,00). Especialmente vino de París a armarla por cuenta de la fábrica el Señor Ferdinand " Regnauld. El Arquitecto Juan Hurtado Manrique y el Ingeniero Tomas Soriano dirigieron la colocación de la araña. El 27 de octubre de 1886, en víspera de la fiesta de San Simón la bajaron para colocarle las velas para la iluminación y se desprendió, cuando la cadena del punto se apoyo se salió y se destrozaron muchas piezas, se contrato de nuevo al Señor Regnauld quien se entendió con los trabajos de restauración de la araña. El costo de todos los trabajos fue de aproximadamente Catorce Mil Novecientos Ochenta y Un Bolívares con 83/100 Céntimos (Bs. 14.981,83).

   El Presidente de la República General Joaquín Crespo, ordenó levantar dentro del Panteón cuatro (4) monumentos conmemorativos que embellecieron y realzaron notablemente la dignidad del lugar. Los monumentos son: Los Cenotafios de El Precursor de la Independencia, Generalísimo Francisco de Miranda y el Cenotafio al Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre. Ambos por decreto del 22 de enero de 1895. El monumento al Prócer de la Independencia General en Jefe José Gregorio Monagas y el monumento conmemorativo de la Federación con las estatuas del Mariscal Juan Crisóstomo Falcón y el General en Jefe Ezequiel Zamora. Por decreto del 5 de julio de 1896.

   La celebración de los primeros cien años de la fecha aniversario de la Independencia de Venezuela durante el gobierno de Juan Vicente Gómez, fue propicio para llevar a cabo una importante intervención en el Panteón Nacional. El Ministerio de Obras Públicas, que ya en el año 1910 había puesto en marcha algunos trabajos de reparación de los techos del edificio, convocó a un concurso profesional para seleccionar un proyecto dedicado a la reforma total del Panteón, siendo seleccionado entre varios el presentado por Alejandro Chataing. A partir del proyecto del Ingeniero Alejandro Chataing y bajo su dirección de realizaron reformas y ornamentación del edificio y la modificación de su facha y una reforma completa de la decoración interior del edificio. En un informe del Ministerio de Obras Públicas, se describen las características de la obra: "Después de ejecutar la reparación completa de todas las armaduras y cubierta de los techos, se procede a modificar la fachada tratando de imprimirle mayor carácter a su arquitectura, armonizando sus diferentes secciones, y pintarla con un tono apropiado al destino de la obra y a su situación con respecto a los edificios vecinos".

   Para el año 1930 y con el objeto de conmemorar el Centenario de la muerte de El Libertador Simón Bolívar, por decretos del 3 de octubre y del 18 de noviembre de 1929, el Dr. Juan Bautista Pérez quien ejercía la Presidencia de la República, el Dr. Federico Álvarez Ministro de Obras Públicas, contratan al Arquitecto Vasco Manuel Mújica Millán para restaurar todo el templo y la fachadas y junto con los Ingenieros Hernán Ayala D. y Edgar Pardo Stolk cambian el estilo gótico de la facha a neocolonial o neobarroco, agregando en el frente la tercera torre central de 48 metros de altura .Los restos de El Libertador que estaban en una urna no visibles al público, fueron trasladados a una urna artística hecha por el Escultor Español Chicharro Gamo, que se colocó delante del monumento de Tenerani, es el sarcófago que esta actualmente.

   El Gobierno le encargó al prominente Pintor caraqueño Británico Antonio Salas Díaz, más conocido como Tito Salas, la decoración interna del Panteón. Este trabajo lo inició Salas Y comprende un gran conjunto de episodios históricos y temas alegóricos de interpretación simbólica de los de momentos estelares de la figura de El Libertador. Fueron diez y ocho (18) los lienzos que cubrieron la parte superior de las naves y parte de los arcos. Tito Salas dio un extraordinario colorido al recinto del Panteón con sus magistrales pinturas. La vida y el color se mueven y agitan dentro de los austeros muros. Su pincel trazó con fuertes rasgos de sentido impresionista la pasión del color y la luz que lo subyugaban. Don Tito nos contó unos pasajes de nuestrahistoria y con su fascinante colorido la puso a vivir ante nosotros.